miércoles, 12 de diciembre de 2012

"El petting: el arte de acariciar"

El petting es un anglicismo que se utiliza para hablar de cualquier tipo de relación sexual con una sola condición ¡prohibido el coito! 
Hace referencia al hecho de acariciar y besar. Intercambiar afectos en un juego amoroso donde casi todo está permitido, cualquier tipo de juego sexual, roces por todo el cuerpo, masturbación... pero nada de penetración... 
Fue una práctica muy extendida en la década de los 70 y ahora vuelve a imponerse con fuerza en nuestros días. 
Despierta, así, el juego de la sensualidad. Se trataría de multiplicar el placer.
¿Te imaginas alcanzar el máximo placer sin coito?
En nuestra sociedad está muy extendido el mito del placer y el orgasmo a través de la penetración. El petting rompe totalmente con esta versión primitiva de la sexualidad y aumenta la excitación de lo prohibido haciéndote más creativo y abierto para dar y recibir placer. Además, la práctica no incluye necesariamente como objetivo final un orgasmo, solo placer.
El petting es un verdadero juego a través del cual puedes descubrir tus zonas erógenas y despertarlas en tu pareja. Los puntos de placer se hacen más evidentes incluso se alejan de la exclusividad del área genital.
¿Cómo practicar el petting? ¿Te animas a llegar al orgasmo sin coito?
Aquí te dejo unas cuantas claves para que te sirvan de propuesta a poner el toque diferente a tu vida íntima y te animes a probar y salir de la rutina:
  • La boca seduce. Cuando se utiliza solo para el sexo oral, se convierte en algo mecánico. Cuando decides practicar el petting con ella, aparece un arma infalible de seducción. Besa, lame, sopla suavemente, exhala el aliento, muerde delicadamente, acaricia con los labios cada parte del cuerpo de tu pareja. Se creativo. Úsala con sabores diferentes como el chocolate, la miel, la crema o lubricantes de sabores a la venta en farmacias o sex-shops. Recuerda que no quede exclusivamente reducido tu arsenal seductor a la práctica del sexo oral, aunque tengas muchísimas ganas.
  • La voz excita. Se puede empezar hablando de qué te pone, de lo que te gustaría hacer, de lo que te excita, de tus fantasías, de tus descubrimientos íntimos más sensibles y dejar que tu imaginación haga el resto.
  • Las manos comunican. El placer del tacto, del contacto de una yema de un dedo, dos, tres, la mano, las dos manos, el anverso de la mano. Utiliza todas las posibilidades con caricias suaves, cambios de presión o velocidad, un punto del cuerpo o dos diferentes... Un buen masaje (sensual... no enérgico. Para esto mejor el profesional de un Spa), un baño suave de espuma y caricias, acaricias con las uñas sin rasgar ni marcar la piel, ayudarte con objetos (una pluma, un pañuelo de seda, pinta algo en su cuerpo, algo frío o algo tibio, un aceite, una crema perfumada que se extienda con facilidad...).
  • La vista explora, reconoce, investiga y estimula. Mira acariciando. Ponte ropa que os guste. Quita la ropa muy lentamente o juega por debajo de ella sin quitarla del todo. Déjate piezas de ropa puestas o algo que decore tu cuerpo como un collar. Disfrázate, si eso te hace meterte en un rol divertido. Crea tu personaje de fantasía. Imagina. El entorno, el tipo de luz, etc, también pueden ayudar a ver diferente un mismo lugar con lo que se multiplicarán las sensaciones.
  • El olfato (así como el sabor), acerca (o aleja). Cuida la higiene corporal en general y bucal en particular. El olfato puede echar abajo cualquier práctica de petting para una nariz sensible y, así, arruinar cualquier sensación placentera. Elige velas con aromas a vainilla por ejemplo, incienso, perfumes para el cuerpo o solo el aroma corporal natural después de una buena ducha. Si crees que no estás en condiciones, deja que el agua pase por tu piel y la menta por tu boca (utiliza chicle o juega con alimentos frescos con diferentes sabores e inclúyelos en tu práctica petting).
¿Qué mapa del cuerpo utilizo para la práctica del pretting? Todo el cuerpo. De arriba a bajo o viceversa. Lee a continuación algunas de las zonas que pueden despertar un erotismo mayor. Sea como fuere, tu pareja puede tener gustos diferentes. Solo lo sabrás practicando:
  • La cabeza: usa las yemas de tus dedos para acariciar el rostro, la mano para jugar con los cabellos.
  • Las orejas: susurra, besa, lame o mordisquea el lóbulo de la oreja con los labios húmedos y extiende la caricia a toda la oreja. El truco es apartar primero el cabello.
  • El cuello: se creativo en la nuca sobre todo.
  • Las muñecas: con las palmas de la pareja hacia arriba acaricia y sube hacia el antebrazo. Besa y mantén su mano contra tu cara.
  • Las manos: coge las manos de tu pareja con las palmas hacia arriba y con tus pulgares frótalas suavemente y con el resto de tus dedos hazlo simultáneamente por la cara opuesta de sus manos. Chupa un dedo y deja que tu pareja haga lo mismo con el tuyo.
  • La espalda: a las chicas nos encanta que, tumbadas boca abajo, juguéis con ella. Desde la nuca hasta la entrada de los glúteos. La clave está en rozar la piel.
  • El abdomen: se sorprende besándolo de un lado a otro desde la cintura a la base de la pelvis, manteniendo la incógnita sobre los lugares a ser besados. Truco: pasar la lengua por el ombligo y rozar suavemente la punta de la nariz en él pero sin permanecer pegado a esa zona.
  • Los muslos: tanto la parte interna como externa es acariciable con dedos y manos. Evitar los mordiscos en la zona y para aumentar la excitación, mantenerse alejados de la zona genital por un tiempo más bien largo.
  • Cara posterior de las rodillas: este área es sensible a los roces suaves. Evitar presión y mordisquear.
  • Tobillos: besarlos de uno a otro lado y acariciarlos en círculos. Llevarlos a los hombros mientras son estimulados puede aumentar el erotismo.
  • Los pies: mejor estimularlos con aceite de masaje y con una presión firme para evitar las cosquillas que, si son excesivas, pueden llegar a ser molestas.


El arte de acariciar se va aprendiendo con la pareja. Toda la piel es erógena. Conoce tu cuerpo y el de tu pareja. Sus zonas sensibles no tienen por qué coincidir con las tuyas. Concentrarse en todo el abanico de posibilidades sensuales puede resultar sumamente erótico. Deja las prisas a un lado. Tómate tu tiempo. Dedícate a probar y mejora la comunicación con tu pareja, la expresión de tus sentimientos, la ternura, el cariño y la pasión. Ahonda en la calidad de la misma relación sentimental, sin que se agote la relación sexual. ¡Disfruta de tu exploración!

"Si hubiera dicho que su abrazo iba más allá del abrazo, tanto que al final se confundían sus contornos, tanto que nuestra carne desaparecía, tanto que perdíamos nuestra respiración, devorados ella y yo por la misma boca sangrienta e insaciable". Mircea Eliade.


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