miércoles, 13 de marzo de 2013

CÓMO ADQUIRIR 7 HÁBITOS PARA DIRIGIR TU VIDA






1º Decide dónde quieres ir: tus objetivos. 

Define entre 5 y 9 objetivos motivadores, claros, cuantificados en plazo, compatibles entre sí y retadores pero alcanzables. Piensa por este orden en ti miso, tu familia y en tu trabajo y fíjate objetivos para cada uno. Serán tus aspiraciones a largo plazo y en cada situación nueva que te plantee dudas de cómo reaccionar.
"La eficacia no es cuestión de reloj sino de brújula, de saber adónde vas"


2º Decide qué debes hacer para llegar allí.

Desglosa tus objetivos por escrito en etapas estableciendo planes para alcanzarlos. Asume que no puedes hacer todo cuanto desearías por una razón temporal. Así, que hay que elegir. 
Comienza por el largo plazo, luego el medio y luego el corto (la semana). Cuantifica. Fija fechas. Asigna márgenes de seguridad para lo que tenga un plazo.
"Si quieres que ocurra algo, asígnale un tiempo"
Partir las tareas hace que se tornen realizables.
Programa tiempo para pensar, innovar y formarte. Un tiempo para ti que cuide tu cuerpo, tu mente y tu espíritu. Un tiempo personal de descanso y diversión es necesario.

3º Comienza por lo más importante. 

El 20% del tiempo de nuestras actividades produce el 80% de nuestros resultados. Identifica ese 20% y céntrate en él, empezando tan pronto como puedas con los pasos que te acercarán a él. Evita la tentación de abordar antes lo que es corto, cómodo, agradable o conocido. Es tentador porque suele ser gratificante, pero también suele ser poco importante.
Anticipa lo importante antes de que se convierta en urgente. Las urgencias malgastan el tiempo, conducen a soluciones poco elegantes y provocan estrés.
Dedica al menos dos tercios de tu tiempo a lo importante que aún no es urgente. Así, evitar´´as que se convierta en urgente y encontrarás las mejores soluciones para lo que verdaderamente importa. Si lo importante es difícil o largo, enciérrate y evita distracciones ya que las interrupciones pueden multiplicar por 20 el tiempo que te lleve una tarea.
"Lo urgente nos lleva al estrés, lo importante a los objetivos"

4º Asigna a cada cosa solo el tiempo justo y ¡delega!

Programa a cada tarea el tiempo adecuado y no más. Si le asignas poco no llegarás o te saldrá mal y habrá que repetirla. Si le asignas demasiado, lo consumirá. Piensa que todo lleva más tiempo de lo que parece en principio. Programa el tiempo y no las tareas y no lo agotes porque debes contar con los imprevistos, y te llegarán y ocuparán más de la mitad de tu jornada.
"Busca la perfección en el conjunto y no en cada tarea"
Delega lo que puedas. Pregúntate qué delegar y a quién. La única trampa que puedes hacerle al tiempo es utilizar el tiempo ajeno. Hacerlo para que tu equipo se desarrolle y motive y así liberar tu tiempo para cosas más importantes y todos crezcáis profesionalmente. Es preciso definir el resultado a alcanzar, informar a los implicados, formar, dotar de recursos, motivar, conceder el derecho al error y establecer controles para mantener el rumbo durante el aprendizaje. Tener paciencia al delegar porque es invertir. Los resultados se obtienen después con creces.

5º Sigue tu programa.

Prepara un programa de actividades cada semana. Inicia tu jornada de acuerdo con tu agenda. Sigue con tu programa salvo que surja algo más importante. Actúa según tu iniciativa y criterio, evitando reacciones compulsivas para atender interrupciones, problemas o asuntos no prioritarios o a lo que te piden los demás. Acepta interrupciones cuando son tu obligación o interés.
Aprende a decir NO cuando sabes que es lo correcto. Se asertivo y decide tu comportamiento.
No lo dejes para luego. No pospongas lo que es difícil o te desagrada, sobre todo si es importante. Cuanto antes te lo quites de encima, mejor te sentirás.
"El estrés no lo causa el trabajo realizado sino el pendiente"

6º Concéntrate en un solo asunto y termínalo.

Nuestra cultura sobrevalora el esfuerzo y la acción. La persona ocupada se siente importante aunque se está tan enfrascado en lo que se hace que se acaba olvidando para qué se hace (el objetivo).
La dispersión lleva al estrés. Cambiar de una tarea a otra encarece las dos y las retrasa. La eficacia se consigue trabajando en un asunto hasta donde se pueda, olvidando lo demás.
Mantén tu escritorio ordenado. Los montones de documentos sobre tu mesa dificultarán tu concentración y contribuirán a producirte también estrés.
Si tocas un documento o correo electrónico, pasa a la acción y resuélvelo, no lo dejes para más tarde. 
"No cuenta lo que trabajas sino lo que terminas"

7º Hazte la vida más fácil.

Tu tiempo es tu vida. Cuida tu cuerpo que es tu herramienta básica (alimento, ejercicio, descanso... condicionan un alto rendimiento). Cuida tu ánimo, es tu energía y tu fuerza. Aprende a evitar las preocupaciones y el estrés: deterioran, cansan y debilitan. Organízate debidamente y encontrarás más tiempo para todo lo que te interesa. Lograrás más con menos esfuerzo. Sentirás la satisfacción de lograr lo que te propongas y la confianza de tenerlo todo bajo control.
Apóyate en las herramientas digitales cada vez más sofisticadas y las agendas en papel para aplicar día a día la gestión por objetivos y para acumular información vital. 
Cuídate de las largas jornadas laborales y el estrés consiguiente. Sabes que no solo bajan tu rendimiento, sino que desaparecen habilidades precisas como la creatividad, memoria, empatía, capacidad para comunicar, persuadir o negociar. Busca la calidad en tu trabajo antes que la cantidad.
El uso eficaz de tu tiempo te conducirá al éxito personal, único modo de alcanzar la felicidad.
"Una persona más eficaz, es más feliz"


Fuente: 
José Mª Acosta
directivos.net
Time/system International.
Líder mundial en planificación y gestión del tiempo

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