miércoles, 8 de mayo de 2013

CELOS, SIENTO CELOS...




Fuente: PsicoPhi Centro de Psicología
www.psicophi.es

¿Quién no ha sufrido celos alguna vez de su pareja? La intensidad y la frecuencia de los celos depende de cada persona, de cómo maneja e interpreta determinadas situaciones dentro de su relación de pareja y de su propia situación personal a nivel emocional y psicológico.

Cuando una persona sufre celos de forma moderada es una respuesta emocional normal dentro de la relación de pareja ante determinadas situaciones que pueden percibirse como amenazantes. Sentirlos de manera exagerada y descontrolada lo convierten en algo patológico, y es una señal de que a nivel psicológico hay algo que no va bien.

Los celos sanos consisten en una preocupación por la posible pérdida de la pareja o malestar por la relación real o imaginada que esa persona tiene con alguien más. Quienes sienten este tipo de celos prefieren que sus parejas permanezcan con ellos y no desean que tengan una relación demasiado íntima con nadie más. Esto a veces causa algunos problemas en la pareja pero no son demasiado serios ni producen un malestar intenso a ninguno de los miembros de la pareja. Es manejable, y con una adecuada comunicación y negociación se supera. Es cuestión de cómo se entienda el compromiso.

Por el contrario, los celos patológicos son considerados una enfermedad psicológica. Son aquellos que, siendo infundados o incluso fundados, obsesionan de tal manera al que los padece, que repercuten negativamente en sus sentimientos y en su comportamiento y  si no se controla a tiempo, puede dañar y terminar con una relación de pareja. Están acompañados de intensos sentimientos de inseguridad, auto-compasión, hostilidad y depresión y suelen ser destructivos para la relación. Este tipo de celos crean mucho sufrimiento, dando lugar a situaciones muy complicadas resultando difícil su control cuanto más se van acumulando.

Los celos patológicos implican exigencia a la pareja, demanda continua, y no se debe olvidar que la pareja es una elección que se hace libremente. Si se presiona, se agobia, se persigue… el resultado será lo contrario a lo que se desea: la separación, el alejamiento.


CREENCIAS IRRACIONALES QUE DAN LUGAR A LOS CELOS PATOLÓGICOS

La interpretación que hacemos de una situación o persona se basa en  pensamientos, ideas o creencias que tenemos y hemos ido formando a lo largo de la vida, por nuestras experiencias. Algunas de estas creencias no son objetivas, sino irracionales y nos llevan a hacer interpretaciones erróneas con respecto a la pareja o el amor.

Algunas ideas erróneas referidas a sí mismo:
  1.  Debo ser el compañero ideal.
  2. Sería horrible que yo decepcionara a mi pareja.
  3. Mis intereses y necesidades han de estar subordinados a los suyos.

Pensamientos que reflejan falsas expectativas acerca del otro:
  1. Si realmente me quiere, ha de adivinar qué es lo que yo quiero y necesito.
  2. Si me quiere, ha de mostrarse siempre considerado y amable conmigo.
  3. No es justo que realice actividades que yo no puedo compartir.

Pensamientos que indican expectativas irreales sobre la vida en pareja:
  1. Con el inicio de la convivencia empezará una felicidad ininterrumpida.
  2. De ahora en adelante compartiremos todos los aspectos de nuestra vida.
  3. No deberíamos discutir nunca, resulta desagradable y es un signo de desavenencia.

Otras ideas que dan lugar a sentimientos de inseguridad, autocompasión:
  1. No puedo soportar que mi pareja no me quiera tanto como yo a ella/él.
  2. Dado que no he logrado que mi pareja me quiera como tendría que haber hecho soy una persona inadecuada e indigna de amor.
  3. Si mi pareja me deja nunca encontraré a nadie a quien amar y seré infeliz toda mi vida porque no puedo ser feliz sin un/a hombre/mujer.
  4. Tengo que estar absolutamente seguro/a en todo momento de que mi pareja me ama, ya que necesito su amor para vivir.
  5. Si mi pareja me es infiel, los demás se reirán de mí y pensarán que soy un idiota total, y eso no podría soportarlo.


CARACTERÍSTICAS DE UN CELOSO PATOLÓGICO

Los celos son emociones que funcionan como un mecanismo de defensa por medio del cual las personas garantizan la permanencia de su pareja y protegen la relación de actuales o potenciales intromisiones.

La percepción, sensación o fantasía de que tal amenaza existe lleva a que la persona tome acciones encaminadas a eliminarla o disminuirla. Las medidas generadas a partir de los celos varían en un amplio rango. Fundamentalmente son acciones encaminadas a confirmar la infidelidad o anular los elementos amenazantes que puedan dar lugar a ello.

  • Desconfía continuamente de cualquier cosa, siente un gran odio por los compañeros o compañeras de trabajo de su pareja. Odia a las amigas o amigos de su pareja.
  • Revisa constantemente los objetos personales de su pareja: móvil, cartera, correo electrónico, perfiles en las páginas sociales, agendas de trabajo, ...
  • Tiene una autoestima muy baja, una gran inseguridad y falta de confianza en si mismo.
  • Es una persona altamente dominante que desea controlar todo lo que está a su alrededor.
  • Sus celos se fundan en lo que se imagina y no en una evidencia real.
  • Duerme pocas horas pensando en que su pareja le está siendo infiel y encuentra cualquier oportunidad para buscar una evidencia que confirme sus sospechas.
  • Sufren mucho cuando su pareja entra al baño y tarda en salir o cuando ésta de viaje o se va al trabajo o a estudiar.
  • No tolera que su pareja no conteste el teléfono en cualquier momento del día. Se imagina a su pareja en la cama haciendo el amor con otro/a.
  • Revisa cuidadosamente la ropa de su pareja y la huele tratando de encontrar el aroma de un perfume desconocido.
  • Revisa el coche de su pareja varias veces tratando de comprobar que está en lo cierto y que su pareja efectivamente, le es infiel.


ORIGEN DE LOS CELOS

En las personas celosas existen una serie de factores comunes que influyen en el desarrollo de los celos patológicos. Como hemos comentado antes, las experiencias y vivencias que tenemos dan lugar a ello. Se podrían resumir en las siguientes:
  • Falta de confianza en uno mismo: las personas inseguras muchas veces no se sienten merecedoras del amor de su pareja y esto les lleva a desconfiar de la sinceridad y cariño del otro. Siempre están pensando en que en cualquier momento su pareja puede conocer a alguien más atractivo y tienen miedo a que descubra lo poco que vale en realidad.
  • Experiencias familiares: Es probable que una persona que haya presenciado escenas de celos en sus padres tenga más predisposición a ser celoso que otra cuyos padres se sentían seguros el uno del otro.
  • Experiencias vividas: las personas que han sido traicionadas alguna vez por alguien en quien confiaban es más probable que posteriormente desarrollen una personalidad celosa.
  • Trastornos psicológicos: las personalidades paranoides, narcisistas e histriónicas tienen una gran tendencia a desconfiar continuamente de los demás y por consiguiente a desarrollar una celotipia.


CÓMO CONTROLAR LOS CELOS

Algunas herramientas pueden ser útiles para manejar y controlar los celos y ayudar a que no se deteriore una relación de pareja. Lo fundamental es reconocerlos y saber cuando están entrando en juego para poder hacer algo al respecto. Es el momento ideal para dominarlos y que no sean ellos los que te dominen a ti. Si se niegan, difícilmente se podrá solucionar.
  • Sustituye pensamientos destructivos que hacen que el problema de los celos se agrave por otros de seguridad y confianza que ayuden a frenarlos. Esfuérzate en ser objetivo y aprende a diferenciar lo que son hechos reales de lo que puede estar manipulando tu imaginación. Piensa que tu pareja te quiere tal y como eres, acéptate más, trabaja tu propia autoestima.
  • Procura ser más tolerante y dejarle su espacio a tu pareja: evita ese impulso irrefrenable que te lleva a estar en todo momento controlando y preguntándole sobre lo que hace y con quien. De esta forma lo único que vas a conseguir es que se sienta cada vez más agobiado y atosigado. Es importante que fomentes tu propia valía personal, con tus aficiones y proyectos.
  • Comenta lo que te ocurre a algún amigo de confianza y pídele consejo. Ocultar el sufrimiento y negarlo hace que se potencie cada vez más. Los consejos y puntos de vista de otras personas ayudan a analizar lo que nos ocurre de forma objetiva y a encontrar soluciones que tal vez no se nos habían ocurrido. 
  • Reflexiona sobre lo que te ocurre e intenta aclarar tus ideas. Esto te ayudará a exponer tus sentimientos con sinceridad, a descubrir tus miedos, necesidades, ... Y una vez detectado el problema procura poner todos los medios a tu alcance para solucionarlos. Cuando te asalten dudas, primero cálmate y luego habla sobre ello.
  • Evita utilizar amenazas, habla claramente de lo que te ocurre, no te ciegues con la rabia e intenta buscar soluciones al problema. Aprovecha para fortalecer la comunicación con tu pareja, la confianza y el contacto.
  • Evita culpabilizar a alguien de lo que te ocurre. Procura ser responsable de lo que sientes y no olvides que tus actos dependen de ti, y eres la única persona que puede cambiar tu conducta ante lo que estas sintiendo.
  • Evita ser trágico a la hora de asumir los celos: esfuérzate en reconocerlos y prevenirlos cuando se descontrolan y vuelven dañinos. Sin embargo, si aprendemos a controlar estos impulsos, los celos nos pueden ayudar a apreciar y valorar a la persona que tenemos al lado y a cuidar el amor del otro sin darlo siempre por supuesto.

En algunos casos, cuando los celos son muy frecuentes, intensos y duraderos y surgen sin ningún motivo, se vuelven patológicos. En estos casos, es recomendable acudir a un profesional para aprender a manejarlos y no produzcan tanto sufrimiento. Te ayudará de manera específica y eficaz en tu caso concreto.

Fuente: PsicoPhi Centro de Psicología
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