miércoles, 4 de febrero de 2015

CHICOS ¿YA SABÉIS QUÉ ES LO PROHIBIDO CON UNA CHICA EN LA CAMA?

Queridos hombres,

Este post va dirigido a vosotros. A todos aquellos que os visualizáis en la cama recordándoos como los dioses del sexo. Aquellos, a los que no les hace falta ninguna información extra sobre anatomía femenina. Aquellos, a los que descubrir los placeres de cada mujer suponen a priori tarea fácil. Aquellos, que aman su método y su savoir faire valorándolo como infalible. Aquellos, que usan indiscriminadamente sus armas masculinas con cualquier mujer sin diferenciar sus gustos...

Sí, a todos vosotros reyes del porno más frenético y el placer más exhausto. 

A todos vosotros a los que os intuyo con ansia renovada por nuevos aprendizajes. 
A vosotros, os dejo unas cuantas letras con un toque de humor para que, evidentemente, reconozcáis los errores que cometen los otros, los inexpertos, los poco intrépidos en el terreno del placer y poco sabios de experiencias con el sexo femenino.

Y así, para que ninguna mujer se enfríe bajo vuestras sábanas y mantengáis la química de la pasión, os recuerdo esas cositas que mejor no hacer con ellas.
Qué decir... Que por supuesto nos encanta que veáis pelis, leáis libros, practiquéis tantra y os pongáis al día con la juguetería erótica y, además, que apliquéis vuestros conocimientos como grandes maestros que sois.

Por todo eso, vamos  a ir repasando lo que es preferible dejar de hacer en vuestra práctica sexual:


- Cuando los preliminares brillan por su ausencia. Que sí, que vais a cien y que esto no hay quien lo pare, aunque si os saltáis las caricias y vamos al grano, se apagó el placer. Eso no significa que algún día con el calentón... ¡pero de forma habitual no!
Es mucho más excitante que dediques un poco de tiempo al contacto con su cuerpo que tiene metros de piel y es sumamente erógeno y sensible a la estimulación.

- Si te dejas los calcetines puestos con las prisas... Por favor... no haya nada más que decir al respecto. Calcetines fuera, siempre y lo primero (antes que los pantalones y aunque sean de marca).

- Cuando aplicas la ley del mínimo esfuerzo. Que una mujer te diga: "voy a lavarme los dientes" no significa que al volver quiera verte como tu madre te trajo al mundo con la pistola cargada y tumbado con los brazos cruzados tras la nuca. Un poco de glamour... Un poquito de seducción... un poquito de por favor... Hay otras formas mucho más seductoras de esperar a una mujer, sobre todo si has superado los seis meses de convivencia.

- No decir absolutamente nada. ¿Te gusta? ¿Quieres lo que ves? Susurra a su oído, háblale suavemente de lo que te gusta de ella. A ella le encantará y le resultará estimulante el sonido de tus palabras, casi tanto como el tacto de tus caricias. Se sutil y sensible en ese momento. Pero no te pases, tampoco se quiere tener al lado a un loro.

- Cuando confundís el masaje sensual con el masaje deportivo decontracturante. Agarrar ciertas zonas del cuerpo con sensualidad no implica coger los pechos de la fémina y retorcerlos o apretarlos y sobarlos como si estuvieses en una clase del Sr. Miyagi (en Karate Kid). No. No se trata de dar cera, pulir cera...

- El exceso de saliva en zonas corporales donde no es necesaria la lubricación extra. Humedad si. Porque estimula las sensaciones en la piel por el cambio de temperatura y el contacto. No, al babeo excesivo y untoso que puede resultar molesto o poco sensual en zonas como las manos, vientre, cuello...(¿Os acordáis de algún beso con lengua donde se perdían los límites de los labios y toda tu cara era como tu boca? A ese exceso me refiero, que no hace falta. Para sentirse así, ya está el perro...).

- Cuando os convertís en el protagonista de cincuenta sombras. Pensáis que nos gustan los tipos duros. Si... muy duros... Esos hombres que te cogen bruscamente por donde sea que tengas agarradera, que tiran con fuerza del pelo, que maniobran el cuerpo de la chica hasta el contorsionismo o el inmovilismo (parcial o total), haciéndose los fuertes (y es que algunos no controláis vuestra fuerza... en el frenesí...), dominando con azotes de vuestros dedos sobre la carne trémula de ellas, pensando que nos encanta sentirnos chicas porno... 
En realidad pasáis de 50 sombras de Grey a 50 sombras de Gregorio, más rápido que el último prototipo de la escuderia Ferrari. 
Para ese tipo de práctica hay que tener mucho estilo. 
Contrasta con tus parejas antes de seguir manteniendo tu repertorio de chico malo. Un poco de juego vale. Mucho... baja las probabilidades de que le guste a tu chica.

- Cuando cogéis la cabeza y maniobráis con ella mientras se juega con la herramienta. A ver... ya han arreglado la grifería más veces. Saben dónde están. La cabeza no es el mando de la Playstation. Deja de dirigir y acompaña sin forzar si no quieres que a alguien le de náuseas la fontanería.

- Cuando os confundís de zona a estimular o entrar. ¿Realmente sabéis dónde está cada agujero y para qué sirve? O también cabe pensar en otra posibilidad más retorcida ¿realmente os confundís?
La "zona oscura" puede tener acceso siempre y cuando se haya dado la contraseña. Si no tienes la clave, mejor no te arriesgues, puede resultar bastante incómodo. Hay que ganarse la confianza de tu pareja antes de explorar nuevas cuevas. 

- Cuando el clítoris se convierte en el gran desconocido. ¿Pero no decías que eras un experto en anatomía femenina? Si pones los dedos en cualquier sitio de la vulva o la vagina no tendrá el mismo efecto que si sabes ponerlos en el clítoris. 
Curiosea, juega, habla un poquito con él y escucha lo que de él dice su dueña. Conseguir que sea tu amigo te reportará muchas satisfacciones que no te querrás perder.

- Repetir el misionero y el perrito sistemáticamente. Que sí. Que es más cómodo. Que te lo conoces a la perfección. Que gusta mucho a ambos. 
En el sexo o descubres nuevas posibilidades o te quedas obsoleto en tu práctica. Cambia de postura aunque implique salir de lo cómodo conocido. Seguro que resulta excitante.

- El sexo no es una competición ni una exhibición de facultades. Lo saben. Estás en forma. Te ves bien. Eres competitivo. Quieres ser el mejor. Fantástico aunque no es necesario que lo demuestres haciéndoselo muchas veces por todos los sitios de su cuerpo, ni que cambies tres, cuatro o más veces de postura en cada encuentro con ella. No tienes que demostrar tu poderío. 
Tanto cambio de postura acaba enfriando a las chicas y les corta el ritmo. Regula la variedad y dale intensidad, recordando que los excesos no son recomendables a no ser que ambos esteis de acuerdo.

- Cuando acabas muy rápido, muy tarde o no acabas nunca. Aprende a regularte. Una chica necesita un promedio de seis minutos de estimulación adecuada para conseguir el placer. Acuérdate... promedio, lo que significa que habrá chicas que necesiten más tiempo y otras menos. Aprende a controlar tu propio placer. Tu placer a la carta.

- Si te duermes cuando acabas. No te digo nada si te duermes cuando acabas sin que acabe ella. Recuerda... biológicamente estás en un momento delicado aunque si tu chica se enfada... puede ser más delicado aún. 
Dedícale tiempo a ella y charla un poco después, harás que se sienta querida y eso también es importante en la cama, antes y después.

 * * *

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Quieres dejar aquí tu opinión?

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...