Parece ser que está muy mal visto que una mujer no tenga orgasmos en el siglo XXI, se le etiqueta de frígida, fría, anómala. Y parece ser que aún está más mal visto por la sociedad en general (¿quién lo diría?) que la mujer finja sus orgasmos, uno, alguno o todos y se convierta en una artista en la materia.
Pues parece ser que este arte no solo es una habilidad de ellas sino que ellos también fingen orgasmos. ¡¿Cómo?! Se preguntará indignado más de un ego masculino tocado.
Sí. Como otras tantas mujeres, vosotros también interpretáis orgasmos silenciosos, exagerados, lentos, tensos o extasiados. Orgasmos masculinos fingidos y ocultados, solo que vosotros sois los bien mirados y socialmente poco etiquetados.
Pregúntale a cualquier sexólogo y te dirá que fingir el placer va contra ti mismo, que estás olvidando aspectos de la comunicación, que la sexualidad no necesita sistemáticamente del orgasmo para sobrevivir, que así solo consigues alejarte más de tu propio placer... ya, claro, claro...
Pero ¿qué pasa cuando acelerar el final te ayuda a terminar antes con lo que tienes entre manos?