miércoles, 14 de octubre de 2015

RESULTADOS SOBRE LA ENCUESTA DE PAREJA Y SEXO


Hola a todos,
hace un corto tiempo -teniendo en cuenta la relatividad con la que pasa- concretamente el 27 de julio del presente año se publicó en Las llaves del ático una encuesta (aquí tienes el link por si quieres curiosear las cuestiones que se formularon: http://lasllavesdelatico.blogspot.com.es/2015/07/encuesta-sobre-pareja-y-sexo.html) con diferentes preguntas sobre pareja y sexo. El fin era ver cuánto sabes de sexualidad en pareja y qué mitos siguen influyendo en las relaciones íntimas a día de hoy.

En primer lugar, agradeceros a todos y cada uno de vosotros vuestra colaboración. El test era corto y se rellenaba en un tiempo breve que no superaba poco más que un minuto. 

La muestra que participó en la encuesta sumó un total de 77, obteniendo unos datos interesantes que paso a contaros de forma inmediata.
Reconozco con alegría que hay una mayoría de respuestas donde la información adecuada brilla y, las menos, en la que brilla por su ausencia. Y sin más dilación, comentemos los resultados.
El mito más extendido y más apoyado por esta encuesta es la creencia en la existencia de dos tipos de orgasmo en la mujer. El 50,6% de la muestra responde que hay
dos tipos de orgasmo. Uno el vaginal y otro el clitorial. Esto es similar a confirmar que en el hombre existen dos tipos de orgasmo: uno el glandal y otro el troncal... cosa que es poco menos que absurda ¿no te parece? 
¿Cuál es el motivo de continuar con esta falsa creencia? El orgasmo vaginal no existe. Difundamos certezas basadas en bases biológicas y no hipótesis u opiniones personales. El clítoris es el elemento que produce el orgasmo. Tiene glande, cuerpo y raíces. El orgasmo está causado por los órganos eréctiles que rodean la vagina que son el clítoris, los labios menores y el cuerpo esponjoso de la uretra siempre que sean debidamente estimulados. Solo el 35% de la muestra encuestada reconoce que el orgasmo se siente (que no se produce) en la vagina. 
Cae, así, el mito de la necesidad de un pene para que la mujer sienta placer y de necesitar la penetración para tener un orgasmo "sano". Un buen cunnilingus o la masturbación de cualquier tipo surten el mismo efecto en la respuesta sexual femenina. Mujeres, relajaos... que el hombre eyacule no significa el fin de vuestra respuesta sexual. ¡Dejémonos de tonterías! Un orgasmo es lo que es. No dividamos ni nos obsesionemos desvalorizando otros placeres.
Por otro lado, hemos mejorado en la percepción de la mujer como frígida. Solo el 1,3% de la muestra habla que si siente dolor la mujer durante el acto sexual, es frígida. A esto se asocia la creencia de que el hombre no se lo hace bien, 6,7% de los encuestados sigue asumiendo esa responsabilidad sobre el placer del otro y el 90% piensan que los factores pueden ser físicos y psicológicos. Se puede tener dolor durante el coito y seguir teniendo el deseo alto, solo que ciertamente, si no se trata, condiciona las relaciones ya que se asocian a tensión y miedo al dolor, impidiendo la relajación y la respuesta sexual.
Un dato interesante es que todavía existe un 8% frente a un 88,2%, que cree que la marcha atrás es fiable como método anticonceptivo. ¿Os suena eso de que antes de llover chispea?... Pues cuidadín con el exceso de confianza... Este mito de abandono y fe en el buen hacer masculino, que controla perfectamente, puede traer algún que otro nuevo inquilino a este planeta. Si se avecina tormenta, no os olvidéis del paraguas...
Mejoramos en darle normalidad a las fantasias sexuales. El 83,3% de la muestra así lo cree. Solo algunos (11,1%) creen que es propiedad masculina. Claro, como se piensa erróneamente que el hombre es el que tiene que estar siempre dispuesto a cualquier mínima provocación femenina y que siempre está pensando en lo mismo... Pues resulta que la mujer ya va sacando un poco más de su creatividad y, fantasear, le parece una práctica sana para mantener sus circuitos eróticos con una buena puesta a punto.
También mejoramos en bajar la presión del control eyaculatorio masculino. Se reduce la necesidad de la  experiencia del hombre en las artes amatorias para entender que, como reflejo, puede ocurrir a cualquier edad (88,6%) y por múltiples factores y no solo en aquellos jóvenes inexpertos que no saben controlar. Recordemos que el joven inexperto crece y si no cambian las variables en el manejo del control eyaculatorio, el resultado seguirá siendo el mismo, aunque haya más experiencia. Uno de los factores que puede estar influyendo en el control es la tensión y el estrés y otro la falta de manejo en el descubrimiento del propio placer. Lo mismo ocurre con la falta de erección (92,8%) que no solo ocurre en hombres mayores o con ciertas patologías sino a cualquier edad y por cuestiones diversas. Por ejemplo, ese chico al que le encanta la chica con la que está y se siente muy presionado a darlo todo, pues pierde la erección y cuanto más nervioso se ponga, más tiempo tardará en recuperarla. La siguiente vez irá con más tensión y de confirmarse la predicción catastrófica, el chico puede verse con un problema de tipo psicológico que no sabe cómo resolver y eso le mete en un ciclo negativo que con el tiempo puede incluso llevarle a evitar el sexo o disminuir su deseo.
Con estos datos, rompemos los mitos de la adoración a la erección perpetua para la obtención del placer. Ya hemos visto que hay muchas más alternativas igual de válidas. Solo hay que experimentar y crear prácticas gratificantes que amplíen el repertorio sexual.
Un resultado que también habla de cómo las parejas interaccionan, es que el 92,8% de la población encuestada cree que la falta de deseo puede ocurrir por factores físicos, psicológicos o conflictos no resueltos en la pareja. 
Esto hace  que ambos miembros de la pareja se vean comprometidos en la relación y entiendan más allá de sus propias carencias físicas, elementos más sutiles de las relaciones que no pueden limitarse exclusivamente a la práctica sexual. Será que hemos ganado en comunicación, empatía y compromiso en la relación. Al menos, el sexo o la falta de él ya no será la excusa para culpar al otro porque la relación no funcione y buscar la manera de resolver las diferencias y gestionar los conflictos para darle, de nuevo, fluidez a la vida en pareja.
Por último, otro dato significativo es lo indulgentes que nos hemos vuelto con la frecuencia con que a la pareja respectiva le apetece mantener relaciones sexuales. El 81,2% dice que cada uno elija con qué frecuencia se siente a gusto -cuando preguntamos qué frecuencia "sana" te parece razonable-. 
Esta muy bien esto de que cada uno elija libremente pero ¿qué pasa cuando la elección del otro entra en conflicto con la elección de lo que quieres tú? ¿Qué ocurre si para tu pareja es suficiente una o dos prácticas sexuales al mes y eso tú te lo planteas como el símil a hacer votos de castidad? 
Está claro que una cosa es la buena voluntad y otra la necesidad de ajustar el enfoque antes que el barco empiece a hacer aguas por el exceso de diferencia. Una buena forma es encontrar un consenso juntos de forma que ambos ganen con el acuerdo. No hay que olvidar que la convivencia también implica cierto compromiso en el bienestar de la otra persona. 
Solo un 17,4% es contundente. Lo saludable es un promedio de tres relaciones semanales.
Y para ti... ¿qué es lo saludable?


"Amar no es solamente querer, es sobre todo comprender"
Françoise Sagan


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