miércoles, 20 de septiembre de 2017

EL PARA QUÉ DEL DIÁLOGO INTERNO

¿Para qué el diálogo interno? ¿Has pensado alguna vez qué tipo de diálogo mantienes contigo mismo? 
¿Sabías que el tipo de conversación con la que eliges hablarte define tu autoconcepto?
Parece un tanto esquizofrénico lo de hablarse y ser consciente al hacerlo. Se ha fomentado poco su valor positivo. Se fomenta más el parloteo y la cháchara. Y si es hacia fuera mejor. 
Así, dejamos poco espacio para nuestra autoobservación y llenamos ese hueco con basura mental inútil. Realmente el único beneficio es para una sociedad, que alimenta borreguitos y que tiene al ser humano entretenido en banalidades y en exigencias supérfluas, en lugar de hacer un acercamiento responsable a su propio yo. 
El cómo te relacionas contigo mismo afecta a tus sentimientos y a la percepción de tí y al amor que te profesas. Ahí es donde empieza tu autoestima y tu verdadera historia de amor.
Obsérvate. Toma conciencia de ti. 
¿Te criticas duramente?¿Te acusas?¿Te insultas?¿Te juzgas de forma severa y sin piedad?¿Alimentas el desprecio hacia tu persona?¿Te humillas?¿Te culpas o te haces único responsable de cualquier acontecimiento?¿Solo te centras en el error cometido?¿Te bloqueas y te limitas con "no puedos", "soy incapaz" o "eso es imposible"?¿Te sermoneas con deberías que no corresponden con lo que deseas para ti?¿No ves solución posible y te quedas en la inacción?
¡Basta ya!

¿Qué te estás haciendo?¿Ves las heridas? Si fuese un niño pequeño, ¿se lo harías?¿Por qué te infringes ese sufimiento sin sentido?¿Qué resuelves con esto?
Sí... parecen demasiadas preguntas. Aunque, sí te tomas el tiempo de responderlas, verás que forman parte de cómo te motivas y ayudas en la vida para avanzar. 
Puedes ser tu mayor guía o tu peor enemigo.
Y siendo realistas...¡Solo depende de ti! 
Te conviertes en lo que crees que eres.
¿Cómo liberarse entonces del discurso interno negativo? 
Aquí van unas notas para ayudarte:
  1. Escribe tu conversación interna cuando detectes un malestar emocional. Escribe los pensamientos sobre tí, tu aspecto, tus potenciales, tu inteligencia, tu pasado, tu actiutd, tu estado físico...de ese momento en qué tomas conciencia que ocurre algo en tu interior.
  2. Hazte una lista de tus cualidades y defectos lo más sincera posible. 
  3. Anota cuánto de lo que piensas y de lo que crees que eres te condena y cuánto te salva, es decir, enumera la frecuencia con la que te dices lo positivo y negativo cada día. 
  4. Transforma en porcentajes de realidad y objetividad eso que has anotado. 
  5. Valora si eres una buena influencia para tí, si hablándote así te muestras amor, si te sientes en armonía con lo que te dices... 
  6. Actua: si no te gusta, empieza a cambiar tu discurso interior y avanza hacia tu propia transformación interna. Trabaja de forma constante para eliminar y modificar esos mensajes críticos destructivos y apuesta por una crítica constructiva y una elaboración mental en psoitivo (sin perder realismo) que te ayude a beneficiar tu equilibrio psicológico, tu salud física y emocional y tu autopercepción y autoestima.
Y recuerda: sé tu mejor amigo porque tú te hablas todos los días y en cada momento. Tu bienestar integral depende de tu elección mental. Haz consciente lo que parece natural que no son más que automatismos aprendidos erróneamente sobre nuestras propias posibilidades. Somos lo que pensamos. Cambiar lo que pensamos de nosotros nos expande.

"La felicidad no dpeende de lo que tienes o de quién eres. Se basa únicamente en lo que piensas"
Buda.

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